Camboya, más allá de Angkor Wat
Camboja ha sido una grata sorpresa ya que el 90% de la gente viaja a Siem Reap y Phnom Penh saltándose el resto del país. Y lo cierto, es que Camboja es mucho más que Angkor Wat. Yo lo empecé por el sur, por la provincia de Kampot donde descubrí Kep y su mercado, Kampot y su parque natural de Bokor Hill y la que hasta el momento es mi isla, Rabbit Island.
Después, seguí subiendo hasta Phnom Penh, la capital del país y la huella del genocidio del señor Pott. Bajo mi punto de vista la S-21 primero y después los Killing Fields son visita obligada para comprender la realidad de la población cambojana. Este sujeto, en su día llegó a aniquilar una tercera parte de toda la población. Y en 4 años, del 1975 al 1979. Muchos niños quedaron huérfanos y los que antes eran sus vecinos pasaron a ser su familia. Como suele pasar la desgracia se ceba con los más pobres, y con la llegada de las tropas de la ONU llegó el SIDA. En 1991 solo había 4 casos conocidos, con la entrada de los soldados se multiplicaron tan rápido como los prostíbulos, y hoy Phnom Penh es uno de los puntos de turismo sexual por excelencia. De hecho, hay una zona a 22 km de la capital repleta de prostíbulos y gente sin escrupulos que busca chicas virgenes por menos de 500 $. Creo que Occidente está en deuda con muchos países y Camboya es uno de ellos, y ahora, con el paso de los años, lo único que nos queda es conocer su historia e intentar comprender su presente, quizás de esta manera el respeto y el honor a sus antepasados les pueda ser devuelto.
Dejando el mal sabor de boca de Phnom Penh, me fui a Siem Reap a descubrir Angkor Wat. Lo hice acompañado de Moreneta, la bicicleta que me acompañaría el resto del país. A pesar de que es una parada imprescindible, bajo mi punto de vista la gran cantidad de turistas y puestos para sacarnos el dinero, quitan el encanto que tiene, pero bueno, como tiene mucho sigue siendo un sitio interesante que conocer. Y perderte con tu bicicleta por los templos imaginando las ceremonias Khmer y viajando en el tiempo es una sensación increíble. Por la noche, tienes el Angkor What, con una de las calles con más fiesta de todo Asia.
Y finalmente, el norte del país. Este viaje, mi viaje, me lo he planteado siempre como algo experimental, es por ello que decidí recorrer el norte del país en bicicleta. Un tiempo. Ni largo ni corto, el que me apeteciera. Y fue una decisión acertada, ya que me permitió conocer pequeñas aldeas, los kilometros de carretera con carteles de peligropor la existencia, todavía, de minas anti personas, descubrir la cantidad de musulmanes que hay en Camboya o como el saludo de un niño te da fuerzas para pedalear bajo el intenso sol. Pero, de todo, lo que me llevo, es que me permitió demostrarme de que soy capaz de hacerlo. Y creerme, solo por eso, estaré siempre en deuda con este fabuloso país.
Lo que + me ha gustado…
el sur del país, con rincones vírgenes todavía por descubrir.
Lo que – me ha gustado…
descubrir la tragedia que vivieron hace poco más de 30 años, de la que no tenía ni idea.
Fotos
Robert… lo dicho.
Me has dejado con muchas ganas de conocer Cambodja… muchas muchas.
Posible gran destino para un gran viaje.
thanks!