Creo que es evidente saber que este país me ha enganchado.
Es por ello que voy a alargar mi estancia unos días más y me voy a ir 8 días al Gobi. Al famoso desierto del Gobi que ocupa el 30% de la extensión del país y que es un caramelo para cualquier arqueólogo ya que se han encontrado muchos fósiles, entre ellos, los primeros huevos de dinoasaurio. Yo no soy arqueólogo pero espero disfrutar de posiblemente, uno de los lugares más increíbles del planeta.
He pasado 6 días por el centro y el norte de Mongolia. He montado en camello y en caballo. He pasado más de 7 horas diarias en coches capaces de cruzar ríos. He visto miles de vacas, centenares de caballos, decenas de yaks y algún que otro halcón. He dormido 5 noches en gers, una de ellas en el suelo. He pasado mucho calor y también mucho frío. He visto el cielo más estrellado del mundo y he descubierto que las estrellas fugaces duran más de 15 segundos. He conocido familias nómadas, de las de verdad. He visto cocinar una oveja recién degollada. He descubierto que los niños mongoles tienen la sonrisa más bonita que jamás he visto. He compartido vodka y canciones mongolas con gente de media europa. He tomado un baño a media noche en aguas termales. He compartido cena con un nómada mientras su hermano salía por la televisión. He hecho el guiri y me he vestido con trajes típicos nómadas.
Y es que este país da para esto y mucho más. Y me encantaría poder transmitiros lo que este país me ha dado pero necesitaré un par o tres de días para digerirlo. Mientras os dejo este vídeo haciendo el imbécil que certifica que todo está en su sitio.