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Rumbo a Pingyao

Después de pasar casi una semana en Beijing mi cuerpo me pide un cambio de aires. Y nunca mejor dicho. Beijing mola, pero es una gran ciudad, concretamente la ciudad más contaminada del mundo. Además, mi estancia ha coincidido con una ola de frío. Así que esta tarde cojo un tren rumbo a Pingyao. Un pequeño pueblo de 40.000 450.000 habitantes famoso por su belleza y tranquilidad.Son unas 12 horas de viaje en tren que aprovecharé para preparar el resumen Mongolia y para aprender algo de mandarín.

Aunque el gobierno chino no me deja subir las fotos, os paso un adelanto.

Baochí liánxì!