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Oda al frío

Hace ya casi 3 meses que estamos viajando juntos. Recuerdo inicios de septiembre en Rusia, mientras mis amigos disfrutaban de los últimos días de sol y playa, yo tenía que aguantarte. En Siberia no fue mucho mejor, y a pesar de que el sol no me soltó ni un día, tú siempre estabas ahí, recordándome el poco aprecio que nos tenemos mutuamente.

Al llegar a Mongolia tuviste la «delicadeza» de presentarte con nieve. Menudo detalle. Y qué decir de las frías noches en el Gobi donde los excrementos de yak no alcanzaban para calentar todo el ger.

Entonces huí a China en busca de mejor tiempo y ahí me llevé un batacazo. En Beijing no hay sol pero sigues estando tú. A medida que iba bajando me ibas dando cierta tregua pero las posibilidades de agua caliente también disminuían. Habrá hoy agua caliente? Y ya sabes que yo no soy muy afortunado en el juego, así que casi siempre perdía.

Lo peor, sin duda, en el Tíbet, aunque ahí te perdono, no fue tu culpa e iba preparado con mis guantes, mi gorro, mis calentadores, mis dos jerseys y mi chaqueta de invierno. También para dormir…

Pero hoy es un gran día. Hoy te digo adiós. Me despido de ti durante una larga temporada. Me voy al tropical Xishuangbanna donde los termómetros marcan más de 25º, y aunque no me fío mucho de las predicciones internautas, no pierdo la esperanza. Esperanza en ponerme pantalones cortos, dejar el abrigo en la mochila, disfrutar del sol y porque no, de la siempre refrescante lluvia tropical. Y si puedo, te prometo que me pegaré un chapuzón a tu salud.

Son 18 horas de bus que aprovecharé para saborear estos momentos que hemos compartido, pero sobretodo aprovecharé para olvidarte.

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Lijiang, la perla del Yunnan

Y Mama Naxi el mejor hostel para disfrutarlo. Poco se puede decir al respecto, así que os dejo las fotos para que lo valoréis vosotros mismo:

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El salto del Tigre

Es la garganta más famosa de China. Y no, no me refiero a ningún cantante. Es un trek de 2 o 3 días atravesando pueblos perdidos por montañas con subidas y bajadas.

Se empieza en Lijiang y después de 2 horas y media y atravesando al condado de Shangri·la se empieza a andar. A partir de ahí se pueden elegir diferentes opciones, mi recomendación es hacer dos noches y 3 días. El primera día yo andé unas casi 7 horas para poder dormir en el Half Way GuestHouse con unas vistas desde el lavabo que dudo que ningún lavabo del mundo tengan. Para los románticos y menos escatológicos, deciros que si llegáis pronto, las vistas desde la cama son increíbles también. Durante este primer trayecto atraviesas las 28 curvas. Si no quieres andar tanto puedes descansar en el Tea House.

Después de pasar la noche en el Half Way sigues el camino hasta el Tina’s House. Unas dos horas y media más, por lo que si llegas pronto puedes ir a la joya de la corona, al medio salto del Tigre, donde el trek se convierte en algo más exigente y son 3 horas de nivel 4 con tramos no aptos para cualquiera. En especial, la famosa escalera de alambre que sube durante 20 metros con una penditene del 80%. Aunque si yo lo he hecho, tampoco es para tanto.


El caso, es que yo pasé una noche más porque la segunda cogí una infección estomacal con fiebre y no me quería perder el medio salto del Tigre. Y la verdad es que no me arrepiento para nada, a pesar del frío.

El trek termina en Shangri·la (dicen que más auténtico que el propio Tíbet) o en Lijiang. Yo he optado por la segunda ya que sigo sin estar fino del todo y llevo casi 3 meses con frío, al que estoy empezando a odiar con toda mi alma.