Ya os dije que Xishuangbanna prometía clima tropical, pero no esperaba encontrarme algo tan salvaje. Salvaje en el mejor sentido de la palabra. Y es que Jonghing, su capital, tiene ese aire que tiene cualquier ciudad de veraneo, aunque lo mejor es coger la bici y perderte por los pueblos cercanos y conocer sus diferentes culturas. Jonghing es una ciudad normalita pero es la puerta de entrada a Laos o incluso algunos van hasta Tailandia en barco. Mi objetivo era Myanmar desde Rulli, pero la entrada estaba cerrada.
En Xishuangbanna he aprovechado para hacerme el famoso blind massage, que es la principal fuente de ingresos de los ciegos, y lo cierto es que ha sido el mejor masaje que me han dado hasta el momento. Y llevo 4.
Yo recomiendo a todos que vengáis a China que visitéis esta ciudad, ya que es una región muy diferente al resto del país con minorías étnicas que la hacen interesante, no solo a nivel del clima. Aunque llegar no es sencillo, ya que no hay tren y en bus desde Kunming son 9 horas y desde Lijiang 18 horas, a pesar d eso, merece la pena.
Y sí, después de casi 3 meses me pegué un baño en una piscina, en el Crown Hotel, a cambio de algo más de 1€:
PD: antes de decir nada contra mi persona tenéis que saber que estas imágenes forman parte del pasado y que estoy escribiendo estas líneas desde Kunming, donde hace frío y no hay piscinas ni palmeras.
Título de la película?
Si lo adivinas te llevas el pack completo firmado por KC y RL. Que no! Que es broma! Pero una postal sí.
PD: promoción válida hasta fin de existencias, o sea, los dos primeros ganadores.
PD2: si ya has recibido una postal quedas totalmente excluido del «concurso».
Hoy he empezado el día tarde. Me he levantado pasadas las 10 y porque mi conciencia empezaba a apretar. Todavía no tenía claro que iba a hacer durante el día, pero quería aprovecharlo, así que me he ido a desayunar y meditar al respecto. Al final, la oferta ganadora ha sido ir a Menghan o Ganlanba y de ahí a un pequeño pueblo cuyo nombre no puedo acordarme (y no es que no quiera).
Desde Jinghong, mi centro de operaciones, hay unos 30 km. Se puede ir en bus, 20 minutos, o en bici, 2 horas. Aunque era tarde he optado por la bici.
Al poco de salir, cuando llevaba unos 5 km, un sonido raro salía de la rueda trasera. Efectivamente, había pinchado. Así que nada, volver a la ciudad y cambiar la bici. A pesar de todo seguía motivado ya que me atraía la idea de descubrir pequeños pueblos en bici.
Y la expectativa no me ha decepcionado. Ha sido fantástico. Durante los 28 km de ida y vuelta he tenido la compañía del río Mekong que se ha convertido en mi río favorito. No me preguntéis por qué. No tengo ni idea. De hecho es la primera vez que tengo un río favorito, pero he decidido que si tengo que tener uno, debe ser él. O será femenino? El caso es que he tenido la suerte de poder cruzarlo en ferry a cambio de 0,20€ cada trayecto y eso ha sido la cúspide de mi viaje.
En total han sido casi 80 km y aunque ahora estoy exhausto, el caso es que me siento más que bien. Son muchas las sensaciones vividas. Recuerdo el aroma que desprenden las paradas de piña que hay durante el camino que se convierten en un oasis, luchando contra el alquitrán y el humo de los camiones.
Aunque de todo, lo que hace de este martes día 7 de diciembre un día especial, ha sido que por primera vez he sentido algo nuevo para mi. Esa sensación al llegar en bici a un pequeño pueblo, donde parece que los locales te están esperando para decirte que lo has hecho y que eres un héroe. Solo hoy, pero disfrútalo, porque es tu día. Es una sensación efímera, que dura unas pocas horas, pero es adictiva y que solo espero poder vivirla más veces y más intensamente. Porque eso significará que lo he hecho.
Hace ya casi 3 meses que estamos viajando juntos. Recuerdo inicios de septiembre en Rusia, mientras mis amigos disfrutaban de los últimos días de sol y playa, yo tenía que aguantarte. En Siberia no fue mucho mejor, y a pesar de que el sol no me soltó ni un día, tú siempre estabas ahí, recordándome el poco aprecio que nos tenemos mutuamente.
Al llegar a Mongolia tuviste la «delicadeza» de presentarte con nieve. Menudo detalle. Y qué decir de las frías noches en el Gobi donde los excrementos de yak no alcanzaban para calentar todo el ger.
Entonces huí a China en busca de mejor tiempo y ahí me llevé un batacazo. En Beijing no hay sol pero sigues estando tú. A medida que iba bajando me ibas dando cierta tregua pero las posibilidades de agua caliente también disminuían. Habrá hoy agua caliente? Y ya sabes que yo no soy muy afortunado en el juego, así que casi siempre perdía.
Lo peor, sin duda, en el Tíbet, aunque ahí te perdono, no fue tu culpa e iba preparado con mis guantes, mi gorro, mis calentadores, mis dos jerseys y mi chaqueta de invierno. También para dormir…
Pero hoy es un gran día. Hoy te digo adiós. Me despido de ti durante una larga temporada. Me voy al tropical Xishuangbanna donde los termómetros marcan más de 25º, y aunque no me fío mucho de las predicciones internautas, no pierdo la esperanza. Esperanza en ponerme pantalones cortos, dejar el abrigo en la mochila, disfrutar del sol y porque no, de la siempre refrescante lluvia tropical. Y si puedo, te prometo que me pegaré un chapuzón a tu salud.
Son 18 horas de bus que aprovecharé para saborear estos momentos que hemos compartido, pero sobretodo aprovecharé para olvidarte.