y un tren birmano

En mi vida he cogido trenes indios, rusos, chinos e incluso he soportado Rodalies Renfe, pero he de reconocer que ninguna experienca es inigualable al tren birmano. Fueron 22 horas, menos de un dia, pero dieron para mucho:

Porque en la ordinary class conviven monjes budistas, granjeros, hombres de negocios, militares y un turista en todo el tren (yo). Los monjes novicios con sus vestidos rosas juegan a ser ninyos, las maletas vuelan de un lado a otro y cuando te toca a ti y te cae encima solo puedes reirte, como hacen todos los demas. A pesar de que nadie habla ingles todos quieren hablar contigo, incluso un monje budista te empieza a decir palabras en aleman bajo el asombro de todos, envalentonado las repite 2 y hasta 3 veces para parecer que sabe muchas mas, le asiento con la cabeza, y cierra los ojos orgulloso de su hito.

Los pasillos estan literalmente llenos de cajas, bolsas y personas tumbadas en el suelo. Tanto es asi que en 18 horas no me pude levantar del asiento ni siquera para ir al lavabo. La gente entraba y salia por las ventanas y nos convertimos en una especie de serie en cadena pasando las maletas una vez habian bajado. Algunos hasta cuelgan una hamaca en el techo donde resguardar a su pequenyo. Por supuesto, haces amigos, todos son tus amigos y lo sientes, desde el policia que sospechosamente me toca al lado y que se bebe una botella de whisky en dos horas hasta los granjeros que vuelven a casa y mascan betel a todas horas.

Es como una obra de teatro en la que uno yace sentado en su banco de madera y cada vez que cierra los ojos cambia de escenario como si se hubiera currido un velo. En ocasiones, hasta aparece alguien en tus rodillas usandolas como almohada.

Y fuera del tren otra gozada. Ninyos que esperan a la salida de la estacion para subirse y saltar. Y en tramos alejados gente que se amontona para que les des agua o comida ya que sus pueblos estan tan alejados que se tienen que autoabastecer.

Y todo parece un suenyo, a pesar de que uno no consigue dormir mas de 20 minutos seguidos. Y de repente, llegas a la estacion, te pegas una ducha y te sientas en una silla que no se mueve ni te sacude de un lado para otro y sientes, que echas algo de menos.

Comments
One Response to “y un tren birmano”
  1. ina dice:

    vaya experiencia. Y qué bonito lo cuentas, oye.

Leave A Comment