Guangxi a parte de ser famosa por sus paisajes, destaca por su exótica comida. El caso es que ver cómo degollan un conejo vivo y lo meten en un saco mientras está moribundo dando los últimos coletazos, pues impresiona. O ver los perros en jaulas esperando la hora de morir en manos de un soplete, pues impresiona. Y mucho.
El caso es que a nosotros nos impresiona pero es una tradición china que hay que respetar ya que forma parte de su cultura y yo no soy nadie para cuestionarla.
Aunque no te dejan hacer fotos porque no les hace mucha gracia, algo que entiendo perfectamente, pero me parecía interesante compartir una pequeña parte con vosotros :
Mi llegada a Yangshuo coincidía con las fiestas del pueblo. Algo así como llegar a Pamplone y descubrir que es San Fermin. Por supuesto, las fiestas no tienen nada que ver. Esa misma noche me fui a un concurso de cerveza al que por supuesto participé. El objetivo era beber la cerveza en el menor tiempo posible y aunque di la talla y fui el primero de mi ronda, mis casi 28 segundos no fueron suficiente para superar los 12 del campeón. Después, a ver los fuegos artificiales (casi una hora) desde la buhardilla del ShowBiz, el mejor hostal de todo Yangshuo.
A pesar de ser un sitio turístico Yangshuo es uno de los mejores rincones para conocer el countryside. Los arrozales, las minorias, ir en bici hasta el moon hill o bajar en barco desde Yangdi hasta Xingping. Todo son experiencias increíbles pero me quedo con la última. Como siempre, puedes contratar el tour o hacerlo por libre. En el hostal me costaba casi 200rmb y por libre me costó 50, aunque según me cuentan tuve suerte porque es un buen precio. Pero lo mejor es que conocí 3 chinos que me otorgaron el papel de Good friend (la única palabra que sabían en inglés) y como es costumbre aquí no me dejaron pagar nada, y tengo el recuerdo de uno de los mejores días de mi estancia en China.
Cuando uno piensa en el Tibet lo primero que le viene a la cabeza es el Dalai Lama, los monjes budistas o el Everest. Y así es, pero también es mucho más. Es una región que históricamente ha vivido ligada al budismo, donde la espiritualidad es un valor que está muy por encima de otros. Y la religión, forma parte imprescindible de su pasado y de su presente. Y de su futuro? Pues no sabría que decir.
Como todos ya sabéis hay mucha controversia respecto a la actitud de China con el Tibet. Los chinos dicen que les han hecho un favor librandoles de la esclavitud a la que estaban sometidos bajo el mandato de los Lama, y cierta razón tienen. Aunque no nos engañemos, el Tibet es la gallina de los huevos de oro, y muchos chinos están haciendo negocio a su costa, por lo que no es de extrañar que la razón principal por la que el gobierno chino ha ocupado el Tibet y declarado persona non grata al Dalai Lama, no es otra razón que el dinero. Un ejemplo, para entrar al Tibet las trabas para los extranjeros son inmensas y solo se solucionan a través del pago de un Permit que se han sacado de la manga y que casualmente solo gestionan agencias de viajes chinas. Esta situación se acentúa a partir del 2006 con la apertura de la línea de tren más alta del mundo que conecta China con Lhasa. Para un turista es una delicia ya que a parte de acortar el trayecto, los paisajes son sencillamente increíbles. Pero si piensas un poco, en seguida te das cuenta que no es más que una herramienta más para la colonización china de Lhasa. Y en efecto, la primera impresión que uno tiene de Lhasa es esa, una ciudad china más.
Por suerte, si uno va al Tibet no solo se queda en Lhasa y ahí es cuando se puede apreciar la esencia de lo que uno ha leído. Eso sí, que nadie pretenda sentirse como Brad Pitt en 7 años en el Tibet o como los escaladores que hace 25 años iban al campo base del Everest. Hoy la carretera está impecable, mejor que muchos tramos de la N-II del Maresme, pero de vez en cuando el destino te depara ciertos guiños que te permiten soñar en que sí es posible ver el auténtico Tibet. Nosotros, tuvimos la suerte de comprobarlo charlando con unos monjes del templo de Deprung o asistiendo (a la distancia) a un funeral tibetano que consiste en cortar los cuerpos en pedazos y donarlo al cielo a través de centenares de buitres que descienden de la montaña con los primeros rayos de sol.
Hay mucho por ver, pero bajo mi punto de vista el Campo Base del Everest es parada obligatoria, a poder ser en temporada baja, ya que según me comentan en temporada alta pierde cierto encanto, y aunque tiene mucho, merece la pena disfrutarlo todo.
En definitiva, el Tibet mola, especialmente si te interesa el budismo. He de reconocer que a pesar de mi poca fe en las religiones, he disfrutado aprendiendo el significado de los puntos básicos del budismo. eso sí, todo teoría. De hecho, creo que el que persigue ese sueño de refugio espiritual lo tiene dificil. No imposible, creo que se puede pero ello requiere tiempo y sobretodo huir de los circuitos turísticos. Cómo? Pues no tengo ni idea pero una opción sería conociendo los pequeños pueblos tibetanos dejando el coche de lado y moviéndose a pie o bici. Y sobretodo, con un guía/amigo tibetano.
Dicho esto, este fue mi planning los 9 días que estuve en el Tibet:
05/11 al 08/11 LHASA desde Xian
Jokhang temple.
Barkhor street.
Deprung monestry.
Funeral tibetano.
Potala palace.
09/11 SHIGATSE
Yamdrok-tso lago.
Pelkhor Code templo.
10/11 EVEREST BASE CAMP
11/11 SHIGATSE
12/11 LHASA
Tashilunpo monasterio
Sera temple con los monjes discutiendo
Cuánto me ha costado?
Unos 250€ el Permit y el guía durante 9 días. Comida y alojamiento a parte. Lo contratamos con el Hostal Mix Hostel de Chengdú, pero puedo daros el contacto del guía tibetano y quizás os ahorráis un dinerillo tramitándolo todo con él directamente.
Lo que + me ha gustado…
tener el Everest para mi solo.
Lo que – me ha gustado…
la excesiva presencia policial en Lhasa.
Después de una semana en Kunming, que sumados a los tres días que ya pasé, se ha convertido en la ciudad donde más noches he pasado. Pues hoy, por fin, me largo.
Está ciudad no necesita más de 3 días y los pasas casi obligados porque es la capital del Yunnan. En mi caso, me he pasado más días porque mi visa expiraba hoy, por lo que necesitaba extenderla un mes más, y aquí fue el único sitio donde me la daban con una entrada. Es decir, puedo salir del país (ir a Hong Kong) y volver a entrar. Y todo al mismo precio, 160 rmb.
Estos días he aprovechado para ponerme al día en ciertas cosas y sobretodo planificar los próximos meses de viaje. Mi primera decisión ha sido suprimir Austrália. Es un país que requiere mínimo 2 meses y bastante dinero, por lo que he preferido «invertirlo» en otros países. Al final, mi planning es el siguinte:
Del 07/03 al 02/04 Myanmar.
Del 02/04 al 20/04 Malaysia.
Del 20/04 al 04/06 New Zeland.
Del 04/06 al 23/06 Fidji (celebrando mis 29 años).
El 23/06 vuelo hacia Los Angeles.
Pero para eso queda mucho. Hoy me voy a Guilin (provincia de Guangxi) famosa por los arrozales donde estaré un día y de ahí a Yangshuo. A pesar de que estoy en el sur de la China, haciendo frontera con Laos y Vietnam, hoy hace mucho leng. O frío en castellano. Media china está nevada por una ola de frío. Pero bueno, eso me permite sentir estas fechas un poco más en casa.
Antes de empezar mi viaje a Mongolia figuraba como uno de los puntos imprescindibles que visitar, por tratarse de un país que no ha sido invadido por el capitalismo occidental y que además convive en democracia.
En Mongolia la palabra nómada cobra sentido y es que más del 40% de la población total viven en el campo, siguiendo un estilo de vida nómada. De hecho, del % restante, el 32% lo hace en Ulan Bator, su capital. He de decir que ir a Mongolia y quedarse en Ulan Bator es un pecado. Un pecado que tiene el castigo del aburrimiento y la fealdad. Y es que las ciudades mongolas son las más feas que he visto hasta el momento. Consecuencia de una migración relámpago del campo a la ciudad y de la necesidad de crear un lugar en el que vivir de la noche a la mañana.
En cambio, si uno va a Mongolia y tiene la posibilidad de conocer en profundidad el país, entonces le aseguro que tendrá un flechazo. De los que duran para siempre. Mongolia es 4 veces más grande que España por lo que conocer un país como éste en una semana no es mucho. Inocente de mí, pensaba que sería posible, pero llegué a tiempo y al final me quedé 20 días.
Estos días los distribuí visitando durante 6 días el norte y centro de Mongolia, donde disfruté de las cataratas, de las aguas termales y de todos aquellos detalles imposibles de explicar cómo son dormir en un ger en mitad de la nada pero sin echar de menos nada. También descubrí los poderes milagrosos de la palabra «txoc-txoc».
Después, me quedé con ganas de más y decidí irme 8 días al Gobi y ahí quedé prendado por completo. Gobi que en mongol significa desierto, es enorme y exige muchas horas de coche diarias pero tiene su recompensa. Vimos monasterios, los fleming cliffs, hicimos un pequeño trek por el valle, celebramos el cumpleaños de nuestro conductor junto a su familia, fuimos a los white cliffs y hasta tuvimos un pequeño accidente en coche. Aunque de todo, me quedo con las dunas y su paseo en camello viendo el atardecer, concretamente el día que hacía 1 mes que había empezado mi viaje. Bonito regalo.
Una media de 36€ al día debido a los tours.
Lo que + me ha gustado…
su gente.
Lo que – me ha gustado…
sus ciudades.
Ya os dije que Xishuangbanna prometía clima tropical, pero no esperaba encontrarme algo tan salvaje. Salvaje en el mejor sentido de la palabra. Y es que Jonghing, su capital, tiene ese aire que tiene cualquier ciudad de veraneo, aunque lo mejor es coger la bici y perderte por los pueblos cercanos y conocer sus diferentes culturas. Jonghing es una ciudad normalita pero es la puerta de entrada a Laos o incluso algunos van hasta Tailandia en barco. Mi objetivo era Myanmar desde Rulli, pero la entrada estaba cerrada.
En Xishuangbanna he aprovechado para hacerme el famoso blind massage, que es la principal fuente de ingresos de los ciegos, y lo cierto es que ha sido el mejor masaje que me han dado hasta el momento. Y llevo 4.
Yo recomiendo a todos que vengáis a China que visitéis esta ciudad, ya que es una región muy diferente al resto del país con minorías étnicas que la hacen interesante, no solo a nivel del clima. Aunque llegar no es sencillo, ya que no hay tren y en bus desde Kunming son 9 horas y desde Lijiang 18 horas, a pesar d eso, merece la pena.
Y sí, después de casi 3 meses me pegué un baño en una piscina, en el Crown Hotel, a cambio de algo más de 1€:
PD: antes de decir nada contra mi persona tenéis que saber que estas imágenes forman parte del pasado y que estoy escribiendo estas líneas desde Kunming, donde hace frío y no hay piscinas ni palmeras.